Oímos tantos consejos, leemos tanto al respecto, - no
te escuches, dicen unos, - escúchate sólo a ti mismo, dicen otros. -
observa y espera, te recomiendan, - sigue tus impulsos, lánzate, te enseñan
otros. Luego están los que no quieren que sufras, los que no quieren que
experimentes y los que te empujan a experimentar una y otra vez, sin
comprometer te con nada ni conocer ataduras…
Por Dios… ¡no hay dónde cogerse! Con razón las
personas se sienten solas. La vida diaria, los problemas familiares y los conflictos
laborales las aíslan…y empiezan a sentir el impulso de conocer ese movimiento
del que tanto se habla, en el que se dice radica la felicidad, en el que se
basará el futuro de sus hijos… ¿y con qué se encuentran? Con múltiples
disciplinas, con Maestros con Mayúsculas y maestros en la sombra, con palabras
que se contradicen… porque como en todas partes, y eso forma parte del ser
humano, cada cual cree que su decisión es la correcta e intenta convencer al
resto de ello.
Esta es una llamada a que dejemos a cada persona, que
indague en su propio Ser, a que respetemos sus decisiones y valoremos su
propia sabiduría, recordemos que Dios habita en todos y cada uno de nosotros,
y a sus ojos, somos iguales. Nadie puede elegir por otro… -¿cómo alguien,
por trayectoria espiritual que haya realizado, puede pretender saber lo que
otro necesita en un momento concreto, de su experiencia vital? -¿acaso
pretendemos saber más que Dios? Sólo uno mismo se conoce realmente, sólo uno
mismo ha llorado sus lágrimas, conoce sus dolores, sus limitaciones, sus
atracciones y negaciones. -Sólo cada uno ha vivido su propia vida, sus
altibajos, segundo a segundo, desde que fue concebido.
Y a todo lo dicho, aquí es donde quiero sembrar la
semilla… entonces, ¿qué hacer? ¿por dónde empezar?... POR UNO MISMO, por
donde siempre empieza todo. Se empieza por ESCUCHARSE sólo a uno mismo,
pero cuidado… Y AHÍ ESTÁ LA DIFERENCIA… no a los caducos e inservibles
pensamientos del pasado, estos pensamientos boicotean y sólo llevan a
repetir una y otra vez las mismas experiencias frustrantes, a la vez que
llamarán la atención hacia lo material y las virtudes sociales… A quien
realmente se debe escuchar es AL ALMA.
El Alma forma parte de nuestro Ser, el Alma
siempre ha estado ahí, intentando comunicarse y se le ha hecho callar tantas
veces cuando deseaba hablar, con pensamientos autodestructivos, manteniendo las
apariencias en su sitio.
¿Dónde está y cómo comunicarse con el Alma? … en la
casa de Dios: LA CALMA; y hablando con el lenguaje que habla Dios: EL SILENCIO.
Conectando con uno mismo, encontrando nuestra propia
luz, respirando profundamente y escuchando con atención cuanto tenga que
decirte. Escuchemos al Alma cuando estemos tensos, al tomar cualquier camino,
cuando debamos tomar una decisión… y seremos consecuentes con cada elección, y
nos responsabilizaremos de cada paso dado. Otros aconsejarán, desde el amor,
pero sólo cada cual oye la voz de su Alma y siente fluir sus propias emociones…
respetar y agradecer es primordial, pero cuando des un paso, que sea el
propio Ser el que lo dicte. Hacia ese punto, hacia nuestro propio
discernimiento, es hacia donde cada maestro debería guiar.
Al fin y al cabo, no haremos nada que Dios no haya
previsto para cada uno de nosotros y sólo llegaremos hasta donde él nos deje
llegar, no nos va a abandonar ni un solo instante ni nos va a ofrecer
posibilidades que no sepamos manejar. Éste paso por la vida, no es más que un
pacto entre Él y Nosotros.
Éstas palabras, no son más que una de estas decisiones
que el Alma ha ido dictando y que pretenden respetar y agradecer todas las
opiniones y emociones que puedan desencadenar, hasta las aversiones a leer
demasiada letra escrita, deseando que lo que surja en cada uno del lector,
surja también de su Alma y no de sus pensamientos. No se trata de entender… la
comprensión viene dada.
16-04-2013