Cada día es una nueva oportunidad para aprender a amar y en esto,
todos somos maestros y aprendices. Incluso la mayoría hemos repetido
algún curso...
Pero tras años de búsqueda, dejamos de buscar. Y
tras años de llorar, decidimos pararnos a observar lo que nuestros
absurdos pensamientos y nuestras descontroladas emociones han hecho con
nuestras vidas.
Entonces, con una asombrosa lucidez y firmeza, comprendemos que AMAR, ES EN REALIDAD, APRENDER A AMAR.
Simplemente
es un viaje de ida junto a otras almas, que como nosotras, tampoco
sacaron muy buenas notas, en esto del corazón. Es un camino compartido,
desde la libertad y la confianza, sintiendo la magia en el propio
aprendizaje.
Para comprender qué significa la palabra Amar, tan mal usada y tan poco valorada, deberemos proceder a REINVENTARLA:
-
Amar es vivir sin miedo, sin esperar, sin suplicar, sin exigir. Y se
ama con la puerta abierta, por si uno se va, por si el otro se queda,
por si uno sale, por si el otro regresa.
Para amar, hay que
abrir ventanales, para que el viento refresque alientos y alimente
sueños, para que limpie el aire que se estanca y los malos pensamientos.
Y amando, dejaremos renovar nuestros deseos… mientras todo
cambia a nuestro alrededor y nos adaptamos a ello, gozando de la vida y
de nuestros cuerpos.
Debemos amar y amarnos por igual, saber
honrar y honrarnos a nosotr@s mismas. Agradecer nuestra luz y la de
quien anda a nuestro lado.
Pero saber amar, también es dejarse de
frases hechas que sólo provocan dolor y ataduras irracionales, como los
“para siempre jamás” o los “siempre estaré contigo”. El siempre no
existe, el tiempo no existe, ni el principio, ni el fín… el amor, cuando
es entre Seres de luz, se siente libre. Y se alimenta del respeto y de
ganarse así el respeto del otro.
Y aunque es lo que más cuesta,
Amar, es también soltar y dejar ir a quien amas, con compasión, y
agradecimento, cuando así toca y para el bien de ambos… PORQUE NO HAY
NADA QUE NOS HAGA CRECER MÁS, QUE VER CRECER A QUIEN AMAMOS.
07/10/2014