El poder de la Mujer no está en la lucha, ni en la reivindicación, ni en la necesidad. No está en gritar para que la oigan, ni en vestir y comportarse exageradamente, para que la vean.
Hay una gran presión social, un bombardeo visual, una exigencia insostenible, que crea en nosotras una destructiva pretensión ser lo que el hombre desea, lo que la familia espera de nosotras, lo que una mujer “debe ser” como pareja, como madre, como trabajadora, como amiga… incluso como Ser espiritual.
Pero el resultado de tanto dolor, es una reacción por nuestra parte, que provoca más dolor.
La Mujer poderosa es la que observa, respira y actúa… no la que reacciona. Es la que confía en sí misma, la que se siente capaz y libre.. La Mujer poderosa es la que mira hacia su interior y va hacia adentro en busca de la solución o del mensaje. La Mujer poderosa no necesita el reconocimiento de nadie, ni muchos artilugios ni herramientas, ni grandes demostraciones… en ella está su poder, ella es su poder.
El poder Real de una Mujer parece simple… es el Amor incondicional por nosotras, es la aceptación completa y definitiva de quien somos. Es un trabajo complicado, pero no imposible. Requiere tiempo, pero cada pequeño logro es una gran sanación para nosotras, nuestras madres, abuelas y nuestr@s descendientes.
El Poder de la Mujer es la integración definitiva del Amor Absoluto por ella misma.
29-09-2015
