La bendición de la enfermedad.

¿Alguna vez os habéis parado a escuchar lo que trae a mostrar la enfermedad, por ejemplo, un “simple” constipado o gripe?, observadlos, es muy interesante…

Tendido en el sofá, intentando estar cómodo para sobrellevar las molestias, el cuerpo arde y a la vez sientes escalofríos y te tapas, la fiebre sale por los poros, se nota la cabeza congestionada, la garganta seca e irritada con esa tos persistente que parece que se te vaya a salir el corazón por la boca y claro, alguna nausea que otra, y además una contractura en las lumbares que se sienten como piedras…

Parece que estés en el mismísimo infierno, pero no es así, estas más cerca del cielo de lo que crees, sólo has de dar un paso. Todo este malestar es una bendición que te arranca de este loco mundo y te centra única y exclusivamente en la sensación. Si te rindes a sentir profundamente, si lo abrazas y lo aceptas, ocurre el milagro, atraviesas toda esa ilusión física, lo observas y solo hay tranquilidad, una inmensa e infinita paz, tan hermosa y grande que te hace comprender porqué de los ojos salen lágrimas sin motivo aparente. Te ha conectado con la esencia primordial de lo que eres, no un cuerpo con dolores (éste es un vehículo de la vida) no una mente limitada que no alcanza a comprender la magnitud de ser, reencuentras tu esencia primordial, al padre en ti; y es cuando ves qué lágrimas de nostalgia han brotado tímidamente de tus ojos….


Al día siguiente se ven las cosas más claras, los seres amados te hablan profundamente para ir más allá de la experiencia. Se ve el porqué del asalto de la enfermedad cuando casi no la recordabas como parte de la vida, trae muchos mensajes de diferentes formas, te recuerda que estás volviéndote rígido contra el mundo, donde hay tanta ignorancia, y también se ha de aceptar y respetar esa parte, comprendes aún más que has de seguir abriéndote a todo si has decidido compartir una vida plena con tus hermanos, aceptar responsabilidades y soltar algunas que no te corresponden. Cada persona escoge su camino, y se han de respetar todos; si alguna decide ampliar la conciencia y sintoniza con la que estás viviendo, el Señor os unirá, mientras tanto, se ha de tener paciencia y seguir abriendo el cuerpo, la mente y el corazón sin permitir que se cierren por distracciones inapropiadas. Seguir tirando del hilo que ata, que se esconde cobarde entre los entresijos de la mente, la cual divaga ferozmente como una bestia malherida que quiere hacer más daño cuando delira para volver a capturarte en el juego que la alimenta.

Date un respiro, mañana será un momento como cualquier otro, pero será ese momento. Si hoy no puedes con tu “enemigo”, solo ignórale, él únicamente quiere tu atención para vivir.

05-01-2014