La Nutrición Real de la Mujer

El Centro del corazón de la Mujer, es el sector de su cuerpo de más poder. Abarca Sus pechos, sus brazos y sus manos (como si de sus alas se tratara). También su garganta, con su clara, precisa, sincera y firme comunicación. Y Sus labios y su lengua, con su ternura y capacidad de transformar los sentimientos en realidades.

A través de este Centro se despierta el amor, la energía transformadora, el fuego transmutador, la apertura necesaria para amar de forma libre y sanadora. Es a través de este centro por donde la Mujer se nutre, se alimenta y se eleva.

También es el lugar desde donde se ofrece, se comparte, se expande y sana a otros,  porque es donde la dualidad se transforma en no dualidad y se da sin filtros ni prejuicios.


Para nutrirse, la Mujer debe reconocerse en la tierra, en los árboles, en las piedras, en las flores, en las montañas, en los bosques, en los ríos, en el mar… debe amarlos y se estará amando a sí misma.

Debe reconocerse en el viento, en la lluvia, en el frío, en el calor, el fuego, la niebla… reconocerse en cada persona que ve, en la sonrisa, en la tristeza, en cada emoción y estará aceptándose a sí misma.

Pero sobretodo, debe reconocerse en cada mujer, en la que admira y la que rechaza, en la que se refleja y la que ama… -todas ellas forman parte de ti, eres tú en algún momento de tu vida o lo pueden ser de mujeres cercanas a ti, ascendientes o descendientes. Ama a la Mujer en todas sus manifestaciones y te estarás amando a ti misma.

Mujer, fíjate, como aquí, la única que ha limitado su amor, has sido siempre tu… porque la madre Tierra no duda de su amor por ti, Tu Padre Absoluto te ama incondicionalmente, los elementos existen por ti, te cuidan y escuchan, aunque no te hayas percatado de ello. Todo cuanto te rodea, te acoge sin condiciones, sólo tú has condicionado tu Amor a tus principios mentales, prejuicios y miedos.

Vive intensamente el presente con tu pareja o amigo íntimo, déjate hacer el amor y haz el amor activamente, sin pensamiento ni reservas… nutríos mutuamente, perdidos en el tiempo y el espacio, siendo sólo amor, compartiendo caricias y besos sin escatimar. Aliméntate del amor. Respíralo continuamente y llénate de él. Cuando hagas el Amor, sé Amor, sólo eso.

Y ten siempre presente relajar la presión sobre tu zona más sensible, tu útero y tus órganos femeninos. Deja de ritualizar con ellos, no les exijas un poder que por naturaleza se halla en otra zona física en ti. El cuerpo, con su sabiduría, nos ha escondido en una zona bien protegida unos órganos vitales y preciosos para nosotras, pero para que estén bien cuidados y les demos ternura, amor, paz… para que los escuchemos cuando duelen o enferman y mantengamos una estrecha comunicación con ellos para sanar, pero nosotras, en la intimidad. Nuestros pechos, nuestra voz, nuestros labios sobresalen del cuerpo, son los que pueden recibir, generar, transformar y expandir la energía sin desgaste. Ésta es tu zona energética de poder.

Lo más hermoso de esta propuesta de investigar y desarrollar tu poder femenino en la zona de tu corazón, es que el poder que aprendas a sentir y compartir desde él siempre será correcto, porque el corazón nunca se equivoca y si tu mente miente... el corazón no la seguirá, en él reside tu sabiduría.

29-09-2015