Tu
cuerpo está unido a tu cerebro y a tu alma, ya sabes: si tu cerebro le dice a
tu cuerpo “eres hermoso”, tu cuerpo lucirá bello y tu alma estará radiante.
Si
tu cerebro le dice a tu cuerpo “tienes que estar en todas partes”, tu cuerpo
engordara inevitablemente, para abarcarlo todo y tu alma sentirá que vives
hacia fuera y no hacia dentro, y sentirá dolor.
Si
tu mente pierde interés por la vida, si ya no le atrae gozar y disfrutar de los
pequeños y grandes placeres que ofrece vivir, tu corazón se resentirá, tu
sangre dejara de fluir con vigor y un terrible sopor y cansancio se apoderara
de tu alma.
Pero
cuando le dices a tu cuerpo “no tengo tiempo para ti”, empiezan a hacerse
evidentes todos los síntomas físicos que derivan de la falta de autoestima y
valoración… se debilita, empequeñece, enferma y tu alma siente frustración y la
tristeza por tu incomprensión de la gran
oportunidad que ofrece vivir fluyendo el día a día con un cuerpo, una mente y
un alma en equilibrio y sintonía.
Y
aquí queríamos llegar… donde está la mayor parte de la sociedad, en el “no tengo tiempo para eso”. Vivimos
corriendo, ocupando cada minuto del día, como si permitirnos un rato libre, de
relajación fuese algo negativo, de gente perdedora. Estamos continuamente
enfocados en nuestros proyectos y centramos nuestra atención, nuestra energía,
nuestro tiempo, en ese futuro, sin prestar atención al presente.
Y
ahora observa: ¿A qué te recuerda esta tensión, esas prisas, ese empuje de
energía y de tiempo hacia un resultado final, que además, siempre, siempre, acaba
siendo decepcionante e insatisfactorio porque no nos llena el Alma?
Efectivamente,
te recuerda a la forma en que la mayoría de gente, hace el amor.
La propuesta de Tantra Espiritual
M&M es esta:
Transforma tu forma de Amar y transformaras tu visión y comportamiento en todas
las facetas de tu vida.
Si
consigues relajarte, estar presente, gozar el momento, sin buscar, sin
esforzarte en nada, sin hacer nada más que “Ser Amor” durante el acto sexual,
atraerás la espiritualidad a tu vida de forma gradual.
Sólo
deja de enfocar el encuentro amoroso hacia el orgasmo o hacia cualquier
finalidad y simplemente, goza y respira cada instante. Déjate invadir por las
corrientes eléctricas de cada caricia, inúndate por el asombro de una piel
erizada, unos labios y unos ojos que te abren la puerta a un espacio en el que
siempre has deseado entrar, pues algo en ti sabía que era posible y existía. No
mires el reloj, no te preocupe el tiempo, donde estaréis, el tiempo como tal,
desaparece.
Verás
cómo, la serenidad, la confianza en ti mismo, la comprensión, la calma, la
compasión y las sonrisas empiezan a formar parte de tu vida, cada vez con más intensidad.
Hasta
tus prioridades van a ir cambiando y un día te sorprenderás dando prioridad a
hacer el Amor antes que cualquier otra cosa, porque en ese íntimo lugar donde
el mundo se para, te llenas de energía, de luz y te engrandeces como humano
lleno de atributos y virtudes.
Un
cambio en nuestra forma de vivir es necesario, el ritmo que nos autoimponemos a
nosotros, a nuestros mayores y a nuestros hijos es indigno, injusto.
Un
cambio de aprendizaje en nuestras relaciones sexuales, en nuestros encuentros
amorosos, también es necesario. Siempre enfocados hacia un resultado
insatisfactorio emocional y espiritualmente, siempre con prisas, sin atender al
amor que necesitamos alimentar.
Todo,
absolutamente todo lo que tu mente pueda imaginar, está estrechamente
relacionado de una forma u otra. Un pequeño cambio hoy deriva en enormes
cambios mañana.
Empieza a cambiar tu intimidad y tu
forma de amar, y verás cómo tu cuerpo, tu mente, tu alma y toda tu vida irán
cambiando solos, fluyendo armoniosamente desde una fuente real: el Amor.
Y
quien sabe, quizás con nuestra actitud, otros vayan cambiando la suya y vayamos
consiguiendo un mundo más amable, respetuoso y tolerante. Porque la vida se nos
ha dado para que la saboreemos despacito, todos.
Con
Amor,
17-06-2016