Lo primero que pienso el día siguiente es en las personas que
quiero, a las que regalaría un retiro como éste...ojalá fuera
económicamente rica, sería el mejor regalo que se me ocurre en este
momento. He aprendido a ser más consciente de mi energía de
vida, de mi energía amorosa, de cuando la malgasto y cuando no, de mis
capacidades, a estar más presente, a sentir plenitud, complitud y
abrirme un poquito más a amar, AMAR con mayúsculas, a estar en comunión
con la naturaleza, con la tierra, con el sol, con
lo femenino y lo masculino, he experimentado la gran diferencia entre
comunicarme desde el dolor y comunicarme desde el corazón, me he
emocionado, he llorado, he reído, mucho, y tantas cosas más...GRACIAS!!!
Yolanda